Lumineux Paris

Puntuación: 3.5 de 5.

El ego, la manipulación, lo despota, el tener un plan atado con diez o quince pasos de antelación. El no conocer la empatía ni la compasión. Lo que ya se conoce de él. Esa manera de usar la palabrería hasta para robar un caramelo a un niño, de familia rica. Y de repente, como un suceso de pocos segundos que se queda marcado en el subconsciente cuando llegas a casa, aparece Camille. Ay, Berlín es muy seguro que no supieses nada de «robar» con tanto sentido, hasta que la conociste.

Con esa obsesión tuya, que es como una enredadera que va buscando huecos, y mientras tanto te dedicas a crear castillos donde no hay arena. Qué cosas, Berlín.

Es el plan infalible ©Netflix

¿Cuántas veces se puede llorar con el magnífico guión escrito por Álex Pina y Esther Martínez Lobato? Depende de cómo te pille, la respuesta es muchas. Porque una vez que conoces quienes son los de esta historia, no basta con que la producción sea buena, ya se vió el nivel en La Casa de Papel. Ahora con Roi (Julio Peña Fernández), Cameron (Begoña Vargas), Bruce (Joel Sánchez) y Keila (Michelle Jenner) dirigidos por Damián (Tristán Ulloa) y Berlín (Pedro Alonso), cumplen los requisitos para ser un equipo perfecto dispuesto a ir a por un botín especial en París. Que involucra a Camille (Samantha Siquieros). Muchas joyas, una noche. Oh la la!

Sin que haya pruebas, el plan de robar un Banco ni se aproxima a una casa de subastas, pero en medio de toda la tensión, el juego del gato y el ratón entre policías y ladrones, unas cuantas e inesperadas relaciones fortuitas; y del resto se encarga ese cóctel, que funciona mejor con adrenalina a sorbos. Y bien que lo saben después del éxito de La Casa de Papel. Esta vez rodando en 146 localizaciones, en París, Madrid, Cabo de Gata o el Palacio ‘El Rincón’.

Volviendo al episodio, el Consejo de ladrones reunido en una suite, con sabiduría sobre informática, máquinas, armas, vigilancia, y varias acciones temerarias. Lo de la reflexión para los mayores, Berlín y Damián; con gran acierto en los guiños a cierto personaje de otro robo. Aunque se diga que esta precuela se puede ver sin conocer el robo en España, es muy recomendable ver a dónde sigue la trama con Berlín.

La serie trae caras nuevas, con mención a Masi Rodríguez, que será la amiga que necesitas que diga las cosas, y que sea el ‘date cuenta’ mejor aprovechado de los historiales amorosos. Y si es cuestión de la banda y tuviera que escoger entre los dúos, Bruce y Keila. Porque tras la dinámica de los polos opuestos tan cliché, va la intención, el interés y la admiración marcando el resto. Lobo, lobo, lobo.

En aspectos más técnicos, el plan de Berlín tiene el mismo planteamiento de contar mientras se intercalan escenas, la misma base con montajes más simples (mucho primer plano y cámaras lentas) y otros más increíbles llegando a 200 km/h. Aparte de eso, tanta música de fondo hace que se vaya el hilo, con un tono más de comedia y con menos tensión.

Parece que Berlín se mueve por convicción a hacer un gran robo pero lo que más importancia tiene es una historia de amor. ¿Recuerdas esa enredadera del principio? Lo bonitas que se ven desde lejos, cuando forman parte de la decoración de la casa; a veces se olvida que hay que prestar atención, de tanto enraizarse puede ser un daño estructural descontrolable.


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