Que tire el primer móvil quien no considere que tiene adicción

Y cuando digo móvil añado tablet, ordenador, y todas las aplicaciones que ello conlleva. 

El otro día en mi clase se formó un revuelo importante (qué exagerada, eh) sobre las redes sociales. A favor o en contra. Tiene su gracia ya que la asignatura va sobre Internet y estamos utilizándolas todo el santo día.

Bienvenidos al futuro, periodistas, estad atentos a una pantalla más tiempo de lo que estáis en estos momentos haciendo cosas típicas como meter fichas con conversaciones «subiditas de tono», darle like a fotos de Instagram, criticar a gente en grupales o simplemente añadir «puta bida, tete» para que vean que estás vivo leyendo los mensajes, ver vídeos en vez de hacer tareas o enteraros de lo último que ha pasado en Gran Hermano.

Hace días, pasando mi jornada extralectiva en Facebook vi una noticia en la web Upsocl que me llamó la atención. ¿Qué raro, no? Si la mayoría de las veces su contenido ya te flipa tanto que tienes que clickear el enlace rápido. 

Lo que me hizo llegar hasta ahí fueron las imágenes. Algo fallaba. Investigando me fui a la página web del fotógrafo y creador de esta idea: Eric Pickersgill.

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En un titulo condensaba lo que vemos todos, cada día, al ir a trabajar, a la escuela o a una cita. En cada lugar del mundo hay alguien mirando a una pantalla de plástico con lucecitas. Yo todas las mañanas uso Internet para una cosa tan banal como mirar el tiempo porque ya no sé si fiarme de lo que diga el meteorólogo en el parte de la noche anterior o simplemente observar el cielo (las nubes, los colores…) y tener claro qué día va a hacer como se sabía hace ya años.

Estamos conectados a la pantalla que nos llena de inseguridades. Y me hace gracia, no sé por qué estoy escribiendo este post. Sé que mañana haré las mismas acciones mecánicas de desbloquear la pantalla y mirar al mundo desde ahí. Es una auto-crítica que no va hacia ningún lado.

Mi auto-crítica y la de todos los que tengan un smartphone que nos vuelve menos «smart». Algo que ya tenemos asimilado.

Está en nuestro ADN del mundo digital.

Eric quería criticar al mundo utilizando solamente una fotografía y Photoshop. Ahí comenzó todo:

La familia que tengo sentada junto a mí en el café Illium de Troy (Nueva York) están muy desconectada los unos de los otros. El padre y las dos hijas tienen sus propios móviles fuera. La madre o bien no tiene uno o prefiere no sacarlo.  Ella observa fuera de la ventana, triste y sola en compañía de su familia más cercana.El padre mira hacia arriba de vez en cuando para contarles algo que ha encontrado en Internet. Habla dos veces sobre un pez enorme que ha sido pescado. Nadie contesta. Me entristece que a cambio de usar la tecnología para interactuar dejemos de interactuar de verdad. Esto nunca ha pasado antes, y dudo que hayamos llegado siquiera a rascar la superficie del impacto social de esta nueva experiencia. La madre ha sacado el teléfono ahora.

-Eric Pickersgill-

Información sacada de su página web http://ericpickersgill.com/

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Pocos días después de que esta visión de los móviles saliese en los medios de comunicación, llegaba Essena O’Neill, una modelo australiana de 18 años que utilizaba sus redes sociales para promocionar cosas. Como tantas otras, no es novedad. Lo curioso es el cambio brusco que ha dado a pesar de tener 712.000 seguidores en Instagram (cuenta que ya ha borrado como las demás). Según sus declaraciones «las redes sociales no son la vida real», esas imágenes idílicas tenían partes negativas como no comer lo necesario, filtros, intentar posar cien veces para quedar «perfecta» a ojos del mundo, etc. Ahora, a pesar de que los medios ya se han hecho eco y algunos lo denominan como un intento de llamar la atención culpando a las redes sociales, Essena ha creado su propia página web Lets be game changers donde explica sus principios y sus inspiraciones.

«Para ser realistas, he pasado la mayor parte de mi vida siendo adicta a las redes sociales, la aprobación social, el estatus social y mi apariencia física. Estaba consumida por ello. ¿Cómo podemos darnos cuenta de nuestros propios talentos si no dejamos de fijarnos en los demás?»

Essena O’Neill

This screengrab shows popular Instagram user Essena O'Neill practising yoga on a beach
Foto: BBC.com del Instagram personal de @essenaoneill
This screengrab shows popular Instagram user Essena O'Neill
Foto: BBC.com del Instagram personal de @essenaoneill
Another screengrab shows the popular Instagram user dressed in fitness outfits
Foto: BBC.com del Instagram personal de @essenaoneill

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